Este tratado, escrito por John Griffith en 1762, se dirigió originalmente a la Sociedad de Amigos con el fuerte deseo de que los descendientes de la primera generación de los Cuáqueros que habían sido “maravillosamente sacados y redimidos de todas las sombras sin vida y formas vacías de la religión, y llevados a disfrutar y estar fundados en el bendito poder y la vida de la misma, se mantuvieran sensibles al camino y a los medios por los que nuestros honorables predecesores obtuvieron un firme establecimiento en la Verdad como es en Jesús.” El tratado está dividido en cuatro secciones, en las que Griffith comparte palabras de sabiduría celestial y profunda experiencia sobre la necesidad de criar a los hijos en el temor del Señor, la experiencia del nuevo nacimiento, la naturaleza de la adoración espiritual y la diferencia entre el verdadero y el falso ministerio.

John Griffith (1713-1776), de ser un joven desenfrenado y descuidado, se convirtió en un sabio y cuidadoso ministro del evangelio. Su diario está lleno de sabiduría celestial, la cual obtuvo de su experiencia personal tanto de la bondad y guía del Señor, como de las trampas y engaños del enemigo. Junto con un remanente de lámparas brillantes y resplandecientes que quedaban en su generación, Griffith luchaba contra la triste degeneración hacia la formalidad, tradición, y a las palabras sin vida entre un pueblo que una vez fue distinguido por su experiencia del poder y pureza internos del Espíritu Santo. Esta instructiva porción de su largo diario trata de su conversión, crecimiento espiritual y llamado al ministerio.